lunes, 27 de junio de 2011

Obispos preocupados por el flagelo de la droga

diario El Día 27 de junio 2011


El Obispo de Gualeguaychú, Monseñor Jorge Lozano, presidió la misa de cierre del “3er. Encuentro Nacional de Responsables Diocesanos de Pastoral de Drogadependencia”, que se realizó el fin de semana en Luján, provincia de Buenos Aires.

La misa se hizo ayer domingo 26 en la Basílica Nacional Nuestra Señora de Luján y estuvo concelebrada por el padre Basílicio Britez de San Justo, padre Gustavo Mendoza de Paraná, padre Orrego de Añatuya, padre Javier Ladrón de Guevara de la Pastoral Nacional Penitenciaria, padre Jorge García Cuerva de la Pastoral Nacional Penitenciaria y miembro de la Comisión de Pastoral de Drogadependencia, padre Osvaldo Del Piero miembro de la misma Comisión, padre Cristian de Corrientes y otros seis sacerdotes del país.

Durante la homilía de la celebración religiosa, Monseñor Lozano destacó el encuentro realizado en Luján y aseguró que el flagelo de las drogas “es una problemática muy seria, y los obispos estamos preocupados y doloridos porque vemos cómo tantos adolescentes y jóvenes pierden la vida por este drama”.

Y recordó las palabras del Papa Beato Juan Pablo II respecto a la drogadicción: “es como una mancha de aceite que se expande”.

A continuación parte de la homilía del Obispo Diocesano Responsable de la Pastoral Nacional de Drogadependencia, Monseñor Jorge Lozano:



Jesús está cerca y en los pobres

(…) La Eucaristía nos une en comunión con Dios y los hermanos, y nos impulsa al amor y al servicio.

Si comulgamos con Cristo Pan Vivo, lo servimos en los pobres. Nosotros mismos “nos hacemos pan”, nos transformamos en otros Cristos para servir y alimentar.

Jesús durante la Última Cena dijo a sus Apóstoles: “En esto todos verán que son mis discípulos, en el amor que se tengan unos a otros”. (Jn 13,35)

Jesús está también en los hermanos, especialmente en los pobres, los enfermos, los que tienen hambre, los presos, los que viven angustiados… Por eso nos enseñó en la parábola del Juicio Final: “lo que hicieron con uno de mis hermanos más pequeños, lo hicieron conmigo”. (Mt 25, 40)

Y la carta de San Juan nos enseña y advierte que “el que dice que ama a Dios, a quien no ve, y no ama a su hermano, al que ve, es un mentiroso”. (I Jn 4,20) La autenticidad y el valor de nuestra fe se mide —se comprueba— por el amor a los que sufren.

Si nos arrodillamos ante la Eucaristía, pero despreciamos a los pobres, esa rodilla en tierra es teatralización, es una fe “de plástico”, es una imitación barata de culto a Dios, pero no es fe cristiana. Hoy queremos renovar nuestra fe y nuestro amor a Jesús.

En todo el mundo el 26 de Junio fue instituido por Naciones Unidas como “Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas”. En esta misa estamos participando delegados de las diócesis que trabajamos en pastoral de adicción a las drogas. Es una problemática muy seria. Los obispos estamos preocupados y doloridos porque vemos cómo tantos adolescentes y jóvenes pierden la vida por este drama. El Papa Beato Juan Pablo II decía que la drogadicción “es como una mancha de aceite que se expande”.

Estuvimos rezando, reflexionando, compartimos experiencias e inquietudes.

En esta misa venimos como peregrinos, como todos ustedes, para pedirle a la Virgen de Luján nos fortalezca en este compromiso que asumimos en el servicio a los hermanos.

- A ustedes les decimos, cuenten con nosotros, cuenten con la Iglesia, que ama la vida, que ama a las familias, y en especial a los que más sufren.

- A los jóvenes les decimos que Jesús los ama de verdad, y nosotros, la Iglesia también. La vida es un regalo hermoso de Dios, no la tires por la ventana.

- A los traficantes les pedimos, por favor, paren la mano, paren de vender muerte, violencia, angustia. Basta de mandar jóvenes al Hospital, a la cárcel o al Cementerio. A los jóvenes queremos verlos estudiar, trabajar, jugar, formar familia. ¿No se dan cuenta de que destruyen familias? ¿No tienen hijos, hermanos, mamás? Por el amor de Dios, por el amor a la Virgen y a todos los Santos, ¡basta de muerte!

- A los corruptos que son sobornados o coimeados les digo que tienen en sus manos dinero manchado con sangre joven e inocente. ¡Conviértanse! Jesús los llamó razas de víbora, sepulcros blanqueados. Pensá que ese auto que manejás, ese lujo que te das lo compraste con la vida de un hermano, un hijo de Dios y de la Virgen.

Dios nos enseña a ganar el pan con el sudor de la propia frente, no haciendo bolsa a los demás.

- A los funcionarios, legisladores, médicos, tengan ánimo y redoblen esfuerzos para una vida digna, que valga la pena. Sin exclusión ni hambre. No tengan miedo de decir la verdad y promover la justicia.

miércoles, 22 de junio de 2011

Martes 21 de junio, diario El Argentino

La Pastoral de adicciones, la Junta de Educación Católica y el obispado de Gualeguaychú lanzaron anoche la jornada de concientización y lucha contra las adicciones.

La iniciativa se desarrolló a salón completo en la Escuela Gervasio Méndez y se clausurará el jueves con la Misa de los jóvenes estudiantes protagonistas que se compartirá a las 11 en la Catedral San José.
La charla tendrá lugar en el salón de actos de la escuela Gervasio Méndez y será una actividad que se sumará a las Jornadas que comenzaron hoy y culminarán el jueves, con la Misa los jóvenes estudiantes protagonistas.
La jornada tuvo como lema “Queremos una vida digna y es tarea de todos”.
Las actividades de hoy estarán enmarcadas en la puesta en común de los jóvenes a partir de las 18:30 en el Club Central Entrerriano”.
El Instituto “Lidia Carmen Leissa” ha sido pionero en materia educativa local en este trabajo que mereció el pedido de su reiteración, pero este año abierto a todos los institutos dependientes del Obispado y por eso han participado los estudiantes de los Institutos “Nuestra Señora de Fátima”, “Nuestra Señora de Guadalupe”, “Sagrado Corazón”, “Pío XII” y “Villa Malvina”.
La diócesis de Gualeguaychú tiene un claro compromiso pastoral contra todas las adicciones que esclavizan a las personas y esto es reflejado en la vida de cada parroquia como en las diversas instancias que se han realizado, el más reciente el Encuentro Diócesis de Frontera que se hizo a principios de mes en la frontera Rivera-Livramento (Uruguay-Brasil) como en la campaña a nivel nacional. O la que se lanzó el lunes 21 de febrero en la sede de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) cuando la Comisión Nacional de la Pastoral de Drogadependencia (que preside monseñor Jorge Lozano) presentó la campaña publicitaria 2011 “Entrar en la droga es mucho más fácil que salir” y que se hizo de manera conjunta con el Consejo Publicitario Argentino (CPA).

lunes, 13 de junio de 2011

Diario El Argentino 13 de junio de 2011

Información General
La Pastoral de prevención adicciones realizará sus jornadas a mediados de mes
Este año, por segunda vez, se realizarán las “Jornadas de concientización y lucha contra las adicciones. Queremos una vida digna y es tarea de todos”, como señala la bajada. Esas jornadas serán los días 21, 22 y 23 de junio.

La responsable del Instituto Lidia Carmen Leissa, pionero en este trabajo que mereció el pedido de su reiteración este año, con idéntico esquema, pero abierto a todos los institutos dependientes del Obispado, consignó que ya se está trabajando en la temática.
La profesora Nélida Veronessi dijo a EL ARGENTINO que las Jornadas de la Pastoral de adicciones de este año tendrán el mismo esquema que el año pasado.
“Hay establecimientos que están porque es un tema muy complejo para abordar”. Las jornadas serán, en todo caso, la oportunidad para volcar las conclusiones a las que arribarán los estudiantes de los Institutos Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora de Guadalupe, Sagrado Corazón, Pío XII y Villa Malvina.
Veronessi adelantó que el 21de junio será la jornada o talleres de cierre, “porque se ha trabajado en todo el mes en los cursos de primero a sexto año”.
Agregó que esa noche, en el salón de la escuela Gervasio Méndez a las 20, 30 habrá una charla para padres, docentes y público en general sobre el tema.
“Será una charla debate presidida por Mons. Lozano acompañado por el Dr. Dardo Caraballo, la Dra. Ana Clara Pauletti y yo por la educación”,señaló.
“El 22 junio será la jornada juventud a las 18,30 y en esta ocasión, todos los jóvenes participantes se reunirán para compartir las conclusiones en una puesta en común, como se hizo el año pasado en el Club Central Entrerriano”.
“Hará animación, música, para que sea una tarde de diversión sana, como la del año pasado, que disfrutaron mucho y se divirtieron de manera fantástica”.
En esa oportunidad, los cursos inferiores (de primero a tercero) presentarán sus afiches, en tanto los cursos superiores tienen las posibilidades de hacer canciones, teatralizaciones o videos, para plasmar las conclusiones.
Todo esto terminará con la Misa de la juventud que será celebrada en el atrio de la Catedral San José, el jueves 23 a las 11.
“A los colegios estatales y a los otros privados no católicos les haremos llegar una carta con información, además de poner a su disposición todo el material con el que trabajamos el año pasado en los talleres, para que también puedan trabajar el tema”.
“Algunos preguntan por qué no nos abrimos a todos los colegios -aclaró Veronessi- pero es que recién comenzamos y todavía no tenemos la capacidad para reunir, para convocar a todos. Tenemos que hacer un poco más”.
“Para el año que viene -siguió- quizá hagamos otro tipo de encuentro, que no sea en espacio cerrado sino por ejemplo una marcha, que concluirá en un punto de la ciudad con un escenario donde habrá música y los jóvenes podrán dar sus testimonios. Pero hay que hacer el camino paso a paso”.
Dicho esto, la docente dejó las posibilidades de comunicación abiertas, señalando que “el Instituto Lidia Carmen Leissa está ubicado en Patico Daneri y Rioja. Su teléfono es 42 4121, las direcciones de correo electrónico institutoleissa@yahoo.com.ar y institutoleissa@gmail.com y el blog “institutoleissa.blogspot.com”

Diario El Argentino. 10 de junio de 2011

Los jóvenes hablarán de las adicciones
Este año y por segunda vez, se realizarán las Jornadas de concientización y lucha contra las adicciones, con la consigna “Queremos una vida digna y es tarea de todos”, organizadas por la Pastoral social de la Diócesis de Gualeguaychú.
Se destaca que de estas jornadas, que tendrán lugar los días 21, 22 y 23 de junio en los institutos dependientes del Obispado, participarán los estudiantes del nivel secundario. Justamente, el grupo etario más asediado por el consumo de alcohol y sustancias peligrosas.
Pero es precisamente esta franja de la población la que conoce lo que ocurre durante las noches de los fines de semana (mientras en sus casas se duerme y se confía en que volverán bien) la que dice en cuanto se le dan oportunidades como ésta, de qué manera quiere vivir.
Y enhorabuena: cada vez son más los que quieren tener una vida digna, sin la esclavitud que supone una adicción.
Y esto ha quedado escrito, cantado, filmado tras la reunión de cierre del año pasado, donde se realizó la puesta en común de las conclusiones a las que los jóvenes arribaron tras analizar y debatir los temas propuestos.
Se sabe que por estas horas buena parte del abordaje del trabajo se está haciendo en los colegios, razón más que suficiente para que los padres se interesen por estar presentes a la hora de las dudas y consultas.
También es sabido que muchas veces “de esto no se habla” en casa y en cambio sí se lo hace entre amigos, donde predomina la confianza y el código de confidencialidad y reserva pero también la inexperiencia.
Por eso es tan importante aprovechar este momento para tender el puente al diálogo franco en familia.
Porque a veces basta una palabra para abrir el juego de hablar y escuchar, sabiendo que cada uno es importante y que en consecuencia, lo que diga también lo será.

miércoles, 8 de junio de 2011

El juego se torna peligroso





Introducción




Los Obispos de la Argentina hemos querido dedicar el año 2011 a resaltar el valor de la vida humana y su dignidad inviolable. Todo lo que agreda o limite la dignidad de la vida personal y social es un obstáculo en el camino de plenitud al cual estamos llamados. Uno de los valores fundamentales para ello es la libertad, tan apreciada por nuestra sociedad. Anhelamos ser libres de toda atadura. Por eso hoy queremos expresar nuestra inquietud y dolor por un flagelo creciente para muchas familias: la adicción al juego de azar.
1. Una oferta que crece y enriquece a unos pocos
En el Documento "Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad 2010-2016", hemos señalado con preocupación que "en todo el país se ha multiplicado la oferta del juego de azar", lo cual puede favorecer actitudes adictivas. Nos referimos en estas reflexiones al juego como estructura lucrativa, sea privada o estatal, con sus diferencias según el caso.
Vemos como han proliferado los casinos, los bingos, unidos al fabuloso negocio de las máquinas tragamonedas, aun en cercanías a barrios pobres. También se han sobremultiplicado las cuantiosas ofertas de juegos de apuestas en locales de lotería. Asimismo, el fenómeno de las nuevas tecnologías, como Internet, hace emerger nuevas y cada vez más masivas formas de juego.
Es importante hablar sin eufemismos. El juego de azar es un negocio que mueve gran cantidad de dinero para beneficio de unos pocos en detrimento de muchos, especialmente de los más pobres.
Sabemos también de la vinculación de esta actividad con el lavado de dinero proveniente del tráfico de drogas, armas, personas. La problemática es vasta y compleja.
2. Las graves consecuencias personales, familiares y sociales del juego
El Estado debe garantizar la protección integral de la familia. Quien se apasiona en el juego puede arriesgar y perder aquello que pertenece también a su cónyuge y sus hijos. Es una acción que daña la comunión familiar, y lleva muchas veces a discusiones, reproches y peleas. Cuando la situación se torna incontrolable, aparecen las conductas adictivas. La ludopatía es una enfermedad emocional de naturaleza progresiva. Quien padece esta patología suele tener baja estima de sí mismo. Desde esta perspectiva hay una raíz común con otras adicciones.
En esta situación de debilidad, es perjudicial que de diversas maneras se promueva la ilusión de "salvarse" o solucionar todos los problemas económicos con un "golpe de suerte". Sin embargo, pocas veces se muestra la cantidad de personas que han jugado lo necesario para el sustento familiar para que sólo algunos pocos obtengan un premio. Persiguiendo una fantasía irreal de ganar dinero sin esfuerzo se llega al golpe de la desilusión. Por lo general se comienza con pequeñas sumas que llevan a la peligrosa vorágine de no saber parar hasta caer en otra ilusión: "recuperar lo perdido". Somos testigos de hermanas y hermanos que nos han contado de la pérdida hasta de sus propios hogares por esta adicción.
3. Propuestas de acción
- En varias ocasiones, se dice que un porcentaje de las actividades del juego es la fuente de recursos económicos para el sostenimiento de algunos planes sociales en sus diversos niveles nacional, provincial y municipal. Debemos recordar que el fin no justifica los medios. Además es bueno clarificar que un gran porcentaje de lo recaudado del juego favorece los bolsillos de unos pocos, y solo una parte mínima se destina a ayuda social para los más pobres (muchos de los cuales han jugado con expectativa de ganar para "salvarse"). ¿No sería bueno pensar gradualmente en fuentes de financiamiento más adecuadas?
- El rol del Estado es central en esta problemática. Por un lado, debe dedicar recursos económicos para atender los efectos de esta adicción. Por otro, tiene que regular con transparencia la actividad del juego de azar con límites de horarios y lugares de funcionamiento, cuidando especialmente a los pobres. Es muy importante fortalecer la moral del pueblo y evitar toda sospecha de corrupción.
- Es fundamental el papel de la educación y prevención. La familia, las comunidades religiosas, las escuelas, los clubes; tenemos que mostrar la belleza de la existencia y fortalecer lazos afectivos y sociales. Hemos de fomentar espacios de encuentros familiares, festivos, deportivos.
- Si el adicto es un enfermo, hay que abrazarlo con ternura y ayudarle a su recuperación. Hay varios caminos posibles, según el grado de la patología y la necesidad de la persona. Algunos requieren un tratamiento integral que incluya tres pilares: el médico-psiquiátrico, la terapia psicológica y la integración en grupos de autoayuda (muchos de los cuales funcionan en nuestras parroquias).
- "No podemos olvidar que la mayor pobreza es la de no reconocer la presencia del misterio de Dios y de su amor en la vida del hombre, que es lo único que verdaderamente sana y libera" (Documento de Aparecida, 405). En el camino de sanación es vital desplegar la dimensión religiosa del ser humano. Esto también es una constatación de las comunidades terapéuticas. La experiencia de encuentro con Dios Padre y Misericordioso, sana las heridas de la vida y es fortaleza para reconstruir la persona y restablecer lazos familiares y de amistad.
4. Con el Bicentenario 2010-2016 como horizonte
Nos proponemos para la próxima Cuaresma realizar una campaña de concientización en todas nuestras comunidades acerca de los peligros y daños a la vida digna que encierra esta adicción.
Con esta carta buscamos compartir nuestras reflexiones y generar conciencia sobre lo dañino y perverso de la proliferación de estas ofertas del juego y sus consecuencias, porque constituyen un serio obstáculo social, político, moral y cultural para erradicar la pobreza y promover el desarrollo integral de todos.
Reconocemos con San Pablo que "hemos sido llamados para vivir en libertad" (Gal. 5,13). Fomentar nuevas esclavitudes no nos hará más libres ni más hermanos.
En las cercanías de la Navidad imploramos la bendición de Dios para todo el pueblo argentino.
157ª Comisión Permanente
Adviento 2010










Cuidar la vida, la mejor tarea

Por Monseñor Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social
Sabemos que la vida “vale mucho”. Incluso decimos que “no tiene precio”, y es verdad. No se puede comprar o vender. Rechazamos la esclavitud porque supone que un ser humano pueda ser considerado un objeto, una cosa, una mercancía.
La vida es muy valiosa. Pero también solemos experimentar su fragilidad; está expuesta a diversas amenazas y peligros. A veces uno mismo puede exponer la vida al límite pensando engañosamente que puede resistir todo. Pongo algunos ejemplos.
El exceso de velocidad. Cuando se conduce de modo imprudente se arriesga la propia vida y la de los demás. Lamentablemente Argentina tiene uno de los primeros lugares en accidentes de tránsito en Sudamérica. Suele suceder que los accidentes estén vinculados a imprudencias. Pero también a que los conductores manejan habiendo consumido drogas o alcohol. Me contaban algunos médicos que les toca estar de guardia en hospitales sábado a la noche y domingo, que en las estadísticas se reportan los heridos por accidente de tránsito. Pero a veces la causa es conducir alcoholizados o habiendo consumido cocaína u otra sustancia; sin embargo, eso no se reporta como estadística. Como dice la frase de una campaña que leí hace poco, “si se puede evitar, no es un accidente”.
Una cuestión que preocupa mucho en la sociedad es la agresión que sufren tantos debido al crecimiento de la inseguridad y a la violencia delictiva. Violencia que también está unida al tráfico de drogas y de armas que hacen estragos en nuestros barrios más pobres, llevándose la vida de muchos jóvenes a diario. Organizaciones que quiebran la ley de modo cotidiano se encargan de implantar espirales de muerte. Generan adicción a la droga, después manipulan a los adictos para que salgan a robar para comprar más sustancia. Les terminan consiguiendo las armas y los empujan a una violencia sin límites. Mejor dicho, hasta el límite de la muerte.
Otra amenaza proviene del descuido y maltrato al ambiente, que mata lentamente a quienes viven a orillas del Riachuelo, o tienen sus humildes viviendas sobre basurales con napas de aguas envenenadas. Otros sufren los efectos de agrotóxicos, aguas con metales pesados… Hay serios descuidos acerca del cumplimiento de las leyes también en este campo.
La vida es bastardeada en los niños, niñas y adolescentes que son dedicados al comercio sexual al cual son obligados por secuestro, extorsión y violencia. ¿Cómo es posible que haya gente que “consuma” sexo infantil? ¿Por qué no se obra con mayor contundencia en la persecución de estos delitos? Causa gran dolor la historia personal de cada una y cada uno que han sido robados a su familia. Hace poco nos conmovía la historia de Liz Sebastiana, una beba robada a su mamá Sandra. Ambas vendidas: una como “hija”, la otra a una red mafiosa de prostitución.
¡Cuántos son los que viven en las plazas, las estaciones del tren, terminales de colectivos! La vida también es despreciada por la sociedad que ya casi ni los nota, como si se hubieran vuelto invisibles.
La muerte amenaza a la vida.
Toma rostros distintos, pero todos con un mismo objetivo: destruir la vida.
Comprometámonos a cuidar la vida: ante todas las amenazas digamos ¡No!
Toda vida debe cuidarse.
Toda vida debe respetarse.
Toda vida es digna.
Toda vida tiene derecho a desplegarse y ser feliz.
Cuidar la vida, la mejor tarea.

martes, 7 de junio de 2011

Mensaje final reivindica papel de la familia en la prevención y rehabilitación de adictos a la droga

Del 31 de mayo al 2 de junio Obispos, sacerdotes y laicos delegados de 14 Diócesis de Brasil, Argentina y Uruguay se reunieron en Rivera en el XXVI Encuentro de Diócesis de Fronteras para reflexionar sobre el flagelo de la drogadicción.
La Diócesis de Tacuarembó fue la responsable de organizar el encuentro de este año, que tuvo como tema: “Los vecinos se encuentran para compartir, reflexionar y celebrar la compasión de Jesús y asumir el desafío ante un número creciente de jóvenes deteriorados por la adicción a las drogas”.
Al culminar el encuentro los participantes elaboraron un mensaje final en el que invitan a enfrentar la verdad “asumiendo una realidad dolorosa, frecuentemente negada en la vida personal, familiar, institucional”.
“En orden a una prevención y rehabilitación más eficaces”, destacaron la necesidad de “integrar mejor los distintos sectores de la sociedad, como educación, sistemas de salud, legislación, comunidades terapéuticas y la voz de las familias”. Reivindican, asimismo, la necesidad de que la familia recupere su rol en “los caminos de prevención y rehabilitación” y que “un espacio de afectos auténticos y exigentes, capaces de desarrollar a sus miembros”.



Mensaje Final - Encuentro Diócesis de Frontera 03 Junio 2011


En un clima de reflexión y celebración de nuestra fe, hemos participado laicas y laicos, religiosas y religiosos, diáconos, sacerdotes y obispos de 14 diócesis en Argentina, Brasil y Uruguay, convocados alrededor del siguiente objetivo:
“Los vecinos se encuentran
para compartir, reflexionar y celebrar
la compasión de Jesús
y asumir el desafío
ante un número creciente
de jóvenes deteriorados
por la adicción a las drogas”

Nuestro camino cuenta diecinueve años de historia compartida en la frontera como oportunidad; somos quienes somos de un lado o del otro; nos enriquece poder reconocernos mutuamente en diversos idiomas, colores, perspectivas, acentos, relatos, experiencias, ideas y sentimientos.

Este año nos hemos expuesto delante de una realidad; conocemos muy de cerca la situación de tantos hermanas y hermanos nuestros, especialmente jóvenes y familias, que sufren el flagelo y las consecuencias de diversas adicciones.

El intercambio se enriqueció con el aporte de expertos que nos presentaron aristas de esta problemática desde el punto de vista médico, sicológico, social y pastoral. También escuchamos testimonios de diferentes caminos de rehabilitación: “Amor Exigente”, “Fazenda de la Esperanza”, "Proyecto Renacer", “Un Día nuevo” y “Hogar Goshen” y la palabra de la Directora Departamental de Salud de Rivera y del obispo responsable de la Comisión sobre Drogadependencia de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).

Iluminados por la compasión de Jesús y en la senda señalada por los Obispos de América Latina en Aparecida 2007 donde manifiestan la necesidad de una lucha frontal contra el consumo y tráfico de drogas, llaman a la responsabilidad de los estados y de la sociedad civil y alientan a las comunidades a una presencia activa; un camino de rico diálogo y comunicación en los grupos nos permite reafirmar varias claves que nos guían en nuestras comunidades.

1. La necesidad de enfrentarnos con la verdad, asumiendo una realidad dolorosa, frecuentemente negada en la vida personal, familiar, institucional.

2. Toda adicción es esclavitud, destruye vínculos, impide compromisos estables. Todo se derrumba.

3. Cada persona es única e irreemplazable, capaz de amar y digna de ser amada, para la que Dios tiene un proyecto intransferible.

4. La liberación profunda y auténtica acontece en el alma, tocada por el Espíritu y que se irradia en el cuerpo y en la convivencia.

5. Los caminos de prevención y rehabilitación necesitan de una familia que recupere su rol y sea un espacio de afectos auténticos y exigentes, capaces de desarrollar a sus miembros.

6. En orden a una prevención y rehabilitación más eficaces, necesitamos integrar mejor los distintos sectores de la sociedad, como educación, sistemas de salud, legislación, comunidades terapéuticas y la voz de las familias.



En la frontera Rivera-Livramento
Uruguay-Brasil, a los 2 días del mes de Junio de 2011,
90 Participantes de las Diócesis de:
Concordia, Gualeguaychú, Posadas, Goya, en Argentina.
Bagé, Foz do Iguaçú, Frederico Westphalen, Chapecó, Santo Ângelo y Uruguaiana, en Brasil.
Melo, Salto, Tacuarembó y Maldonado en Uruguay.


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Diario El Argentino Gualeguaychú

05/06/11 Por monseñor Jorge Lozano (*)
¿Vecinos, amigos y hermanos? ¡Claro que se puede!

Esa es una experiencia que solemos tener en encuentros de la Iglesia. Sea en una Provincia, un País o a nivel Regional o Mundial, siempre nos reconocemos unidos en los profundo.

Y en particularmente unidos por “lo profundo”, en estos días participé en un Encuentro de Diócesis de Frontera. Nos reunimos 90 Participantes que llegamos desde Concordia, Gualeguaychú, Posadas, Goya, en Argentina; Bagé, Foz do Iguaçú, Frederico Westphalen, Chapecó, Santo Ángelo y Uruguaiana, en Brasil; y Melo, Salto, Tacuarembó y Maldonado en Uruguay.
Quisiera compartir con ustedes algunos párrafos del mensaje que elaboramos al concluir el intercambio, mensaje en el que transformamos en texto nuestras preocupaciones y anhelos como pueblos hermanos, mensaje en el que se nota que casi no somos “diócesis de frontera”, sino “diócesis sin fronteras”:
“Los vecinos se encuentran para compartir, reflexionar y celebrar la compasión de Jesús y asumir el desafío ante un número creciente de jóvenes deteriorados por la adicción a las drogas”.
“Nuestro camino cuenta 19 años de historia compartida en la frontera como oportunidad; somos quienes somos de un lado o del otro; nos enriquece poder reconocernos mutuamente en diversos idiomas, colores, perspectivas, acentos, relatos, experiencias, ideas y sentimientos.”
“Este año nos hemos expuesto delante de una realidad; conocemos muy de cerca la situación de tantos hermanas y hermanos nuestros, especialmente jóvenes y familias, que sufren el flagelo y las consecuencias de diversas adicciones.”
“Iluminados por la compasión de Jesús y en la senda señalada por los Obispos de América Latina en Aparecida 2007 donde manifiestan la necesidad de una lucha frontal contra el consumo y tráfico de drogas, llaman a la responsabilidad de los estados y de la sociedad civil y alientan a las comunidades a una presencia activa; un camino de rico diálogo y comunicación en los grupos nos permite reafirmar varias claves que nos guían en nuestras comunidades:
1) La necesidad de enfrentarnos con la verdad, asumiendo una realidad dolorosa, frecuentemente negada en la vida personal, familiar, institucional.
2) Toda adicción es esclavitud, destruye vínculos, impide compromisos estables. Todo se derrumba.
3) Cada persona es única e irreemplazable, capaz de amar y digna de ser amada, para la que Dios tiene un proyecto intransferible.
4) La liberación profunda y auténtica acontece en el alma, tocada por el Espíritu y que se irradia en el cuerpo y en la convivencia.
5) Los caminos de prevención y rehabilitación necesitan de una familia que recupere su rol y sea un espacio de afectos auténticos y exigentes, capaces de desarrollar a sus miembros.
6) En orden a una prevención y rehabilitación más eficaces, necesitamos integrar mejor los distintos sectores de la sociedad, como educación, sistemas de salud, legislación, comunidades terapéuticas y la voz de las familias.
De nuestro Encuentro surge un deseo de explicitar y renovar el compromiso de opción por los pobres, los que sufren. Ante el flagelo de la adicción no miramos para otro lado. Nos hacemos cargo. Las causas y las consecuencias son personales, familiares, sociales, culturales. La adicción es una enfermedad bio-psico-social-espiritual.
Quien tiene dependencia de alguna sustancia es un hermano. Él es parte de la familia. Jesús nos llama a todos al amor fraterno y compasivo.

(*) Monseñor Jorge Eduardo Lozano es obispo de Gualeguaychú y miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.

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